jueves, 26 de mayo de 2011

Oh, mia patria, si bella e perduta



Ópera: Nabucco, estrenada en 1842 en la Scala de Milán.



Autor: Giuseppe Verdi, sobre libreto de T. Solera basado en el antiguo testamento y en Nabuchodonosor, de F. Cornué y A. Bourgeois.


Gota: ya hemos hablado en este blog de lo que el Va pensiero significa para los italianos, un himno de rebelión ante el invasor austriaco, un canto de amor a su patria. También hemos hablado del carisma, la pasión y capacidad de arrastre del maestro Riccardo Muti. Hoy vamos a hablar de lo que pasa cuando ambos, Muti y el Va pensiero, se cruzan.

Se celebraban recientemente los 150 cincuenta años de la creación del Estado italiano y en el Teatro de la Opera de Roma se conmemoraba, como no podía ser de otra manera, representando Nabucco. Era un día especial y allí se encontraban todas las autoridades del país, incluido el primer ministro Silvio Berlusconi. Terminada la interpretación del mítico coro de los esclavos Muti detecta algo, algo le pasa por la cabeza. Interrumpe la obra y se dirige al público conminándolo a decir basta, a aprovechar ese día tan especial, esa música tan significada, para expresar su hartazgo ante la bochornosa situación política del país, que entre otros aspectos está acabando con la cultura. Luego juntos orquesta, coro y público, ante todos los poderosos del país, cantan entre lagrimas el Va pensiero, en el que probablemente es el momento en el que la ópera y la rebeldia se hayan abrazado de un modo más intenso y emocionante desde aquel mítico día de 1842 en el que en La Scala se estrenó Nabucco. ¡Viva Verdi, viva la rebeldía!

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