lunes, 23 de mayo de 2011
Orfeo llora por Eurídice
Opera: Orfeo ed Euridice, estrenada en Viena 1762
Autor: Christoph Willibald Gluck sobre un libreto de Ranieri de Calzabigi basado en el mito de Orfeo.
Gota: Aprovechamos el Orfeo y Euridice de anoche en el teatro de la Maestranza de Sevilla para salirnos de los cauces más populares del repertorio y recalar en esta joya, cuya relevancia histórica es enorme. La opera nació hace más de 400 años allá por Florencia, cuando un grupo de intelectuales renacentistas intentaban recuperar la tragedia griega, el maravilloso y simple arte de combinar drama y música. El invento echó a andar y tomó vida propia, y en paralelo a la propia evolución de la cultura occidental, fue olvidándose de su mirada a lo clásico, añadiendo capas de recargamiento, espectacularidad y ornamento. Cuando llegamos a la mitad del siglo XVIII nos encontramos con una ópera que ya no hay quien reconozca, absolutamente alejada del ideal que la alumbró y al servicio del puro virtuosismo vocal. Hasta que llegó Gluck y dijo basta. Volvió de nuevo la mirada atrás, a la tragedia clásica, con toda su sencillez y equilibrio, y decidió refundar la ópera creando esta maravillosa obra. Sobre ella se construye toda la ópera alemana posterior (Mozart. Beethoven, Wagner) y por extensión la del resto de occidente. Como ejemplo, este delicioso J'ai perdu mon Eurydice, que tanto ha ayudado a difundir el gran Juan Diego Flórez, la expresión de un amor tan intenso que puede hacer que los muertos regresen
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Pues sí, a veces apetece salirse de los cauces del repertorio, sobre todo con algo tan bello como "Orfeo y Euridice". Y si, además, está interpretado con esa intensidad, puede llegar a ser algo "mágico".
ResponderEliminarUn abrazo, amigo mío.